martes, 22 de octubre de 2013

Aprender a jugar el juego Interno

(Artículo Personal)

LGA-OCT´2013.- En la actualidad las organizaciones no sólo se ocupan de prestar servicios  o producir productos, así como sus directivos no sólo se dirigen a la productividad de la empresa. Un enfoque sistémico ha guiado a atender ¿cómo nos desenvolvemos?, ¿cómo son nuestras relaciones interpersonales?, ¿cómo nos comunicamos?,  ¿cómo aprendemos organizacionalmente?, ¿cómo aprendemos cada uno de nosotros?.

Es entonces como llegamos a conocer que efectivamente existen programas que llevan a la organización a mejorar su productividad, comunicaciones, ventas, etc.; y en cuanto a ejecutivos les brinda ciertas habilidades para lograr mejor liderazgo, técnicas de presentación, comunicación, lograr el manejo de estrés, promover compromiso, y hasta aprender a escuchar; aristas que se desprenden de las necesidades actuales en el ámbito organizacional y gerencial.



No obstante, como menciona el autor Timothy Gallway, nos hemos ocupado tanto de lo exterior que se nos ha olvidado lo interno. Bajo este contexto, quisiera asentar este artículo en un texto que me llamó poderosamente la atención, El Juego Interior del tenis; debido a que previo a lo que la organización pudiese hacer o desarrollar en cuanto aprendizaje, existen ciertos aspectos que podríamos abordar internamente para ser mejores y alcanzar mejores resultados, tanto individual como grupalmente.

Timothy Gallway, autor de El Juego Interior del Tenis, escribió este texto en el año 1974, además hizo una última edición en el año 2000,  asegura que “estamos sólo en el comienzo de un profundo y muy necesitado proceso de reequilibrio entre los ámbitos internos y externos. Se trata de un proceso de descubrimiento de uno mismo en el que hacemos nuestro aporte a la totalidad en la medida en que aprendemos a hacernos el aporte básico a nosotros mismos”.

Ciertamente, en la actualidad todo individuo se ocupa de mejorar en el ámbito profesional, personal, familiar… ¡pero!, ¿cómo lograr ese conocimiento y mejoramiento interior?, es allí donde renace la relevancia del texto de Gallway, que aunque estuvo enfocado en un tema deportivo, como aprender a jugar tenis, se fue trasportando a todos los ámbitos de la vida.

El autor inicia el texto haciendo  una diferencia entre dos tipos de “Yo”. El Yo número 1, quien lo define como un ego mental que trata de entorpecer la actuación del Yo número 2. Siendo el Yo número 2, el que reconoce el proceso natural del aprendizaje. Aunque suene un poco complicado el propósito de esto fue llevar al lector a conocer que muchas de las dificultades que se presentan en el juego, tiene su origen mental, como indica Gallway (2000).

Asimismo, señala que el tenista piensa demasiado antes de ejecutar los golpes y se esfuerza mucho, por ello señaló los dos tipos del Yo, uno que favorece la acción y el otro que la interrumpe. Este juego interior que propuso Gallway “se juega contra obstáculos como la falta de concentración, el nerviosismo, las dudas sobre sí mismo, y la excesiva autocrítica. Se juega para superar todos los hábitos de la mente que inhiben la excelencia en el desempeño deportivo”. Así como superar los obstáculos internos de la persona en cualquier otro aspecto.

Por un lado, Gallway (2000) manifiesta que la primera habilidad que debemos tener para enfrentar estos obstáculos es aprender a abandonar nuestra tendencia a juzgar nuestro desempeño. La persona emite juicio de sí es bueno o malo, y esto conlleva a perjudicar el rendimiento.

“Dejar de emitir juicios no quiere decir ignorar los errores. Quiere decir simplemente ser consciente de las cosas tal como son, sin agregar nada”.

El juicio suele llevar a reacciones, y luego produce tención lo que perjudica el juego. Si hablamos en el ámbito organizacional, calificar el trabajo de una persona  lo puede arrojar a una reacción que tal vez no sea favorable para la productividad del área u organización. Aunque esto está en término personal también me atrevo a llevar el juicio o prejuicio que muchos tenemos sobre los demás y no sólo de nosotros mismos.

Según el autor se debe abandonar el juicio, “los errores que cometemos pueden considerarse una parte del proceso de desarrollo”, está en la capacidad de cada quien ver el aprendizaje a partir de ello. Existe un proceso natural de aprendizaje, para descubrir este aprendizaje “hace falta abandonar el antiguo hábito de corregir los defectos, es decir, es necesario abandonar el juicio”.

“Cuando conseguimos desaprender nuestra tendencia a juzgar, descubrimos generalmente con cierta sorpresa, que no necesitamos la motivación de un reformador para cambiar nuestros ´malos hábitos´. Existe un proceso natural para aprender y actuar que se encuentra a la espera de ser descubierto”. (Gallway, 2000).

 Por otro lado, Gallway (2000) habla sobre la actitud de respeto que debemos tener hacia nosotros mismos, la idea es apreciar la inteligencia natural, apreciar al Yo número 2. “A medida que uno vaya aumentando el respeto por el Yo número 2 los pensamientos y los sentimientos derivados de una actitud crítica y controladora tenderán a desvanecerse y la sinceridad del Yo número 2 podrá emerger”.

            Mientras menos interferencia tenga el Yo número 2 de juicios, inseguridades, ansiedades, se producirá un progreso más rápido. Como menciona Gallway, que un aspecto para entender como es el aprendizaje natural, es viendo como los niños aprenden antes de que se les enseñe. Así como no hay nada que puede sustituir el aprendizaje por medio de la experiencia, la cuestión es aprender de nuevo a aprender. (Gallway, 2000).

Otros aspectos que el autor menciona en el texto trata sobre la observación y la importancia de aprender a observar sin juzgar y observar el proceso sin controlarlo, así como también habla de la teoría de los surcos, que refiere a las probabilidades de hacer las cosas de una forma y de repetir la misma forma de hacer las cosas. Por ejemplo, cuando tenemos un hábito de hacer algo repetimos el mismo hábito para hacerlo una y otra vez, lo cual interfiere en la búsqueda de conseguir otros resultados debido a que se sigue haciendo de la misma manera y pesando de la misma forma para hacerlo.

También, Gallway (2000) comenta en su texto El Juego interior del Tenis sobre la lucha contra la mente, y es que no funciona de esa manera, no es luchar contra ella sino aprender a concentrarla:
Para acallar la mente uno tiene que aprender a colocarla en algún sitio. Uno no puede simplemente abandonarla: tiene que concentrarla en algo. En la medida en que uno alcanza la concentración, la mente se acalla. Al mantener la mente en el presente, ésta se calma. La concentración quiere decir mantener la mente en el aquí y en el ahora. Al aprender a concentrar la atención mientras jugamos al tenis, desarrollamos una habilidad que puede mejorar nuestro rendimiento en cualquier otro aspecto de la vida.
             Así como controlar la mente puede ser productivo para el desarrollo en cualquier aspecto de la vida, el autor indica que un aspecto significativo es la comprensión del valor del ser humano. Argumentando que “no tiene sentido evaluarnos en comparación con otros seres (…) somos lo que somos. Nuestra identidad no se reduce a lo bien que nos manejamos en un momento dado. El resultado de un partido de tenis no nos define como personas, ni nos da motivos para considerarnos más o menos importantes de lo que éramos antes del partido”.

Todas las actividades de la vida implican el juego exterior, al enfrentarnos contra un oponente, y el juego interior, a enfrentarnos a nosotros mismos y a nuestros pensamientos, como bien lo refiere Gallway (2000). Es por esto que parto de la idea de cómo poder mejorar el desarrollo en la organización si no empezamos por nosotros mismos, o cómo comprender a los demás si no nos entendemos a nosotros.

Este trabajo de Gallway (2000) deslumbra por el significado de aprender a jugar el “juego interno”, aceptando los obstáculos y trabajando de acuerdo a lo que se nos plantea, bien sea inseguridad, ansiedad en lograr un objetivo o juzgarnos de manera negativa o positiva, que de igual manera inhibe la espontaneidad.

Desarrollar la habilidad de aceptar las cosas tal y cual suceden, nos permitirá abrirnos a tener nuevas maneras de accionar y no sólo de corregir y reprocharnos. “El juego interior es simple: ¡Concéntrate!. Concentrar la atención en el momento presente, el único que realmente podemos vivir, es la clave principal. Concentrarse quiere decir no quedarse pegado en el pasado, ni en sus errores ni en sus éxitos; quiere decir no dejarse atrapar por el futuro, ni por sus miedos ni por sus sueños, impidiendo que nuestra atención abandone el presente”. Igualmente, dejar que nuestro cuerpo físico actúe, y desarrolle la actividad sin presión ni juicios, simplemente este en el proceso natural de aprendizaje.  (Gallway, 2000).

Por último, les comento que estos párrafos han sido sólo ilustraciones de un tema que muy bien pudiesen aprovechar para cualquier aspecto de sus vidas, y dentro del ámbito organizacional, ayudará a empresarios a tener una visión distinta de los juicios y sus resultados, así como podrá ayudar a los nuevos gerentes a tener una manera de observar diferente, y ciertas técnicas para aprovechar personalmente.

Es por esto, que aprovecho la oportunidad para invitarlos a disfrutar del texto de Timothy Gallway, y así les sea más comprensible el tema de cómo jugar el juego interior, que aunque menciona aspectos netamente deportivos expone puntos de interés como el aprendizaje natural, la confianza en nosotros mismos, abandonar el control interno y nuestro juicio.

A continuación les copio el enlace que contempla algunos apartados del texto de  Gallway http://www.capitenis.com.ar/data/eljuegointerior.pdf